miércoles, septiembre 27, 2006

Hagan sus apuestas

Hay ciertas discusiones que uno no sabe porque las inicia pero son curiosas por los sitios donde surgen y por lo fácil que es opinar pensando que tenemos algo importante que decir, pero esos ratos son básicos para romper con nuestras rutinas. Como dice Miguel, vivimos en una pausa continua y el único momento que ponemos play es cuando discutimos (es decir conversamos con pasión) de las cosas que realmente nos interesan y no de lo que los demás esperan oir (y no me refiero a escuchar) de nosotros.

Conversación vía mail:

RG: “…entre el dolor y la nada, elegí el dolor…” (B&V).

MG: Para los que solo tienen una visión parcial del mundo, para los que creen que ser poeta es ser un desgraciado, para los que creen que cada final es el final del mundo, para todos, al fin de cuentas, que alguna vez estuvimos en esa situación:

“Te digo, no solo sobrevivas, escribí tu historia y “viví en serio”,
con una carcajada y una lágrima a tu lado, para que cada día sea real
y no ficticio, y para que cada final, por sobre todo,
tenga siempre un nuevo inicio”.


Lic. Galliaty


RG: Aunque en el fondo piense un poco así, la cita no era autobiográfica. Siempre me han atraído muchísimo más los perdedores, ser o tener una actitud loser me parece mucho más interesante que los insensibles fácilmente manejables y conformistas. Con esto no quiero decir, que para tener inquietudes haya que ser un perdedor pero si es cierto que ese aire decadente me atrae (quizás porque yo ya esté excesivamente aburguesado).


MG: Lo que debe atraer no es el espíritu loser, sino el espíritu vivo, esta claro, que es más fácil detectar a los espíritus que viven en serio cuando están mal (que no quiere decir que sean losers), ya que se les nota (y lo expresan), mientras que los que simulan que están bien todo el tiempo son la gran mayoría de los que viven en una pausa, por lo que los espíritus sensibles quedan así camuflados con su alegría sincera y son más difíciles de detectar. Pero hay que estar atentos, ya que los espíritus sensibles en momentos de alegría son los más interesantes y los que deberíamos tomar como ejemplo y sentirnos atraídos por ellos. Sino corremos el riesgo de querer ser depresivos, por no ser una caricatura como aquellos que viven en una pausa continua. Todo lo expresado no es más que un vil arrebato de pensamientos más profundos del Lic. Galliaty en su libro “Donde esta el play del Mando de nuestra vida”.

RG: Palabra de Dios, te alabamos Señor. Amén.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Ja... me recuerda mi post de Bravery en cara B.
Está de moda el concepto Loser, y últimamente parece que para ser interesante hay que seguir la moda. Mi opinión és que la tristeza y la alegría són dos sentimientos absolutamente válidos por igual, al igual que el odio, la ira, etc.. El ir de perdedor por el simple hecho de intentar parecer interesante me parece absurdo. Además, comunicar alegría és mucho, mucho, MUCHO más dificil y loable que transmitir tristeza.

Un beso

Unknown dijo...

PD: Además, muchas mujeres nos sentimos atraídas por los perdedores por el maldito instinto maternal. Yo hace mucho que aprendí q prefiero un hombre que sepa formar equipo conmigo que no uno que necesite que siempre cargue con él... y que le voy a hacer si me gusta que me hagan reír?

Otro beso...:D

Anónimo dijo...

Interesantes puntos de vista los aquí expuestos.
Yo en parte soy uno de esos personajes que viven en Pausa casi inalterable y hay pocas cosas que me hagan salir de ese estado en el que me encuentro cómodo y tranquilo. Soy afortunado de vivir de una manera alegre casi constante y lucho por que eso no desaparezca. Y si alguna lucha para mí tiene sentido en la vida, es la lucha por alcanzar la felicidad.
Miraré que es esto de "Loser" que me tiene intrigado je,je,je.

Anónimo dijo...

Momento propicio para poner sobre la mesa sintomas cerebrales o no sé qué, que nos envuelven a todos. Está muy bien eso de la felicidad, sinceramente no sé lo que se siente, o quizas no lo haya percibido como tal. Los estados linealmente decadentes con momentos, más o menos amplios de estados de excitación emocional, es lo que nos podemos encontrar, en un momento donde se priman ciertas actitudes que nos inducen a un escaparate donde lo único que podemos hacer es mirarlo desde fuera (o no) ahí está el sindrome del "aburguesado decadente". En nuestra mano está.