viernes, diciembre 01, 2006

Gran Teatre del Liceu

Espero que anoche fuese algo especial para los que fuimos al Liceu. Independientemente de nuestras preferencias musicales, lo de ayer, fueron más de dos hora y media de música de verdad, de dos músicos antagónicos defendiendo esa mezcla tan extraña que han creado, sin aditivos. Quizás podríamos hablar de que si Nacho es mejor autor que Enrique o que si Enrique interpreta mejor o tiene mayor carisma en directo, pero eso es lo de menos, disfrutamos de algo único (como mínimo a nivel nacional). Lástima que no hagan gira...




Sé que tiempos más duros aún están por venir,
que algunos días de mayo son más lluviosos que los de abril.
Me clavaste ambos ojos y aún recuerdo tu voz:
“la vida es parte es buscar placer y parte hallar dolor”.
Y en tu mirada mojada vi que rezabas mi alma, oh! señor…
y te vi llorar un río a cada lado de tu rostro sin desmaquillar,
como la propia Katy Jurado con las nubes negras detrás.
Te vi llorar y ¿qué podía hacer sino huir y así poder ponerme
a llorar también?
Y en tales circunstancias ¿Cómo iba yo a actuar?
“mi alma se volvió ancla”, te oí, “cansada de naufragar”
Y aunque ahora arda un fuego o brille en el cielo el sol.
Sólo son tus ojos los que a mi vida traen luz y calor.
Y en tu mirada vi que rezabas por mi alma, oh! Señor…
y te vi llorar un río a cada lado de tu rostro sin desmaquillar,
como la propia Katy Jurado con las nubes negras detrás,
como el negro escuchando a Van Zandt cantar “waitin’ around t odie”,
como Juana de Arco al arder, como el santo a punto de perder la fe,
hoy te vi llorar. Entre el dolor y la nada elegí el dolor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si, yo también estube allí. Yo tambíén pude experimentar esa sensación única de un evento único. Marco incomparable, acústica excelente aunque asientos poco acertados. Musicalmente excepcionales. Enrique, como siempre, mostrándonos su explosividad en el escenario y Nacho, con su estado habitual, oscuro y excéntrico. Esta mezcla dió para mucho y para dejarnos en el fondo de nuestro entendimiento una marca que durará para siempre. Viva la música!!!

Anónimo dijo...

Una pasada de concierto; la introducción inicial, los músicos, el escerario, la gente...Loquillo con sus gafas de sol y... por supuesto Enrique y Nacho. Cada uno a su bola, uno animando, el otro tambaleándose, uno con camisa roja, el otro negra...la dualidad entre ellos se notaba hasta en los pequeños detalles, pero aunque parezca contradictorio formaban una unión..algo así como polos opuestos...que siempre se atraen!!! Unos euros maravillosamente bien invertidos que gustosamente volvería a pagar!

Anónimo dijo...

definitivamente vegas, Qué tirria le tengo a bunbury!